Hace unos días hablaba del parque de atracciones de Dolly Parton y recordé una película donde la cantante compartía protagonismo con el héroe de acción Sylvester Stallone. La película se titulaba «Rhinestone» y se estrenó hace justo 40 años, en 1984, una comedia dirigida por Bob Clark (Porky’s o Asesinato por decreto). En ella Dolly Parton da vida a una cantante de country en New York que quiere dejar a su manager. Le propone que si convierte en cantante al primer desconocido que vea entonces la dejará marchar. Y ahí que aparece un fornido taxista muy neoyorkino de origen italiano (con una familia muy italiana) al que da vida un Stallone que no ha cantado en su vida ni sabe que es «la donna e mobile«. La cantante lo convence y se lo lleva a la cuna de su country, a Tennessee y allí experimentará lo que es la vida rural. Lo convertirá en un nuevo talento del country y éste lo ayudará a quitar de en medio a un exmarido muy pesado (ahí saldrán por fin los puños del boxeador).

Stallone venía de una serie de películas de golpes, mamporros y disparos, género donde se estaba más que encasillando (encasquillando diría yo) como RamboFirst blood«), «Paradise Alley» y las 3 primeras entregas de «Rocky» (no hay que olvidar que la primera se llevó el Oscar a mejor película en 1977) y quería cambiar de registro, probar con otros papeles. Él mismo participó en la elaboración del guion pero el resultado final dejaba mucho que desear. Las criticas fueron feroces, se ensañaron con la película, con el guion, con las interpretaciones y hasta con la banda sonora, no en vano fue nominada en varias categorías a los premios Razzies (donde van las peores películas) llevándose los de peor interpretación (la de Sylvester) y peor canción (otra de Sylvester). No se sabe si tomó clases de canto o no (imagino que sí) pero lo cierto es que no le pega absolutamente nada ni el mundo de la canción ni el del country. Cantó a dúo con Dolly Parton en 4 de las canciones de la película e interpretó él solo una impagable y cómica por su aspecto «Drinkin’ stein«. No se la pierdan.


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