No puedo dejar pasar que el pasado 5 de enero la revista ICON publicaba un generoso artículo sobre Allee Willis, una de esas artistas malditas y olvidadas que el mundo de la música mantiene en sus catacumbas hasta que algo la hace salir a la luz. Ese algo es un documental de Apple TV llamado «The World according to Allee Willis» que se estrenó hace muy poco tiempo y que cuenta quien era esa mujer de aspecto estrafalario, llamativo y punk pero que compuso algunas de las canciones más populares del pasado siglo XX. Sus composiciones han vendido más de 60 millones de copias en todo el mundo y algunas son tan populares como «September» y «Boogie Wonderland» de Earth, Wind & Fire o la famosa «I’ll be there for you» de la serie Friends, pero también ha hecho canciones para Tina Turner, Herbie Hancock, Patti Labelle, Pet Shop Boys, Melissa Manchester, la banda sonora de «Detective en Hollywood» (por la que se llevó un Grammy), Bryan Adams, Diana Ross, Pointer Sisters, Aretha Franklin, Boy George, Cindy Lauper o Debby Harry de Blondie.
Ella comenzó como cantante en 1974 con un álbum titulado «Childstar» que no tuvo buenas críticas, no por sus canciones en sí, sino por una imagen y una voz fuera de lo que se estilaba por entonces. Allee Willis dejó como protagonista la música y se trasladó a Los Angeles donde su llamativa imagen e ideas comenzaron a hacerse ver poco a poco. Allí desarrolló una vena artística multidisciplinar: además de escribir canciones, pintaba, diseñaba, dirigía videoclips, creaba prendas de ropa… Toda una artista.
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