Tal día como hoy de 1980 Alistair Kinnear se encontró a su amigo Bon Scott muerto en el asiento del coche donde lo había dejado durmiendo la mona esa madrugada. Se había ahogado en su propio vómito tras un coma etílico. El que fuera mítico cantante de los primeros AC/DC tenía un pasado muy heavy con el alcohol, las drogas y la fiesta, y una adolescencia rebelde en la que estuvo incluso en la cárcel. Hasta ese fatídico 19 de febrero había estado a punto de morir en varias ocasiones (accidentes varios, sobredosis de heroína…) pero de todas salió vivito y coleando. Hasta que lo ficharon los hermanos Young (su primer contacto con ellos fue que era el conductor de la furgoneta con la que iban de conciertos), militó en varias bandas sin apenas ningún éxito pero su tremenda voz, algo que había practicado hasta los 16 años cantando y tocando el tambor en una banda de gaiteros de la iglesia, acabaron por llevarlo al frente del grupo australiano. El nombre de Bon le venía de su carácter afable con sus amigos, Bon el agradable, en referencia a un personaje de la serie Superagente 86 llamado Simón el agradable. Su muerte, no exenta de dudas como se puede leer aquí, dejó a AC/DC en el mejor momento de su carrera tras la publicación de «Highway to hell» pero no tardaron mucho en encontrar al que todavía hoy es su vocalista, Brian Johnson.


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