Estos días se hacía público en todos los medios la colaboración entre el rapero zaragozano y el cantautor punk Albert Pla en una estupenda canción titulada «Todo me va bien» y que formará parte del nuevo álbum del catalán. Lo que menos aparece en la mayor parte de los medios (después de leer varios se nota que es un corta-pega de una nota de prensa pasada por ChatGPT) es que no es la primera colaboración entre ambos artistas. Y eso que la historia tiene mucha miga. Pero lo mejor es que el propio Kase O la cuente (el texto pertenece a una entrevista de julio de 2017 a Arainfo):

«La historia de Albert Pla es muy curiosa. Fue en el 95 o el 96 cuando le conocí (Javier Ibarra tenía entonces 14 años). No se cómo llegó a sus manos una cinta mía de la primera, de las de gangster de «voy a tu casa, te mato»… Él estaba grabando Airbag y le llegó la cinta rodando esa película. Le dijeron «tiene 14 años» y el gacho…, es que Albert Pla es muy inquieto artistícamente, dijo «como un tío de 14 años está haciendo esta música tan violenta y tal, lo quiero conocer»Al final consiguió el teléfono y habló con mis padres: «que soy un artista, que lo quiero conocer, que estoy grabando en Cerdanyola»…. El tipo grababa en el bosque, con un trailer que era su estudio, y él vivía en una casa al lado… un nivel muy guapo de grabar discos, en la naturaleza y tal. Yo llegué allí y dije pero… O sea, los tipos en un trailer y tu grababas en una habitación, y ellos te veían por una cámara, ¡en el 95! ¿eh?, lo más de lo más.

Me hice colega de él. Hice una letra, aunque luego ese disco fue censurado por Ariola, y una de las que censuraron era la mía, porque era así polémica y tal, de matar gente y eso. La borraron pero dejé un trozo, en una canción que se llama «Alboraya», cantado más que rapeado. Allí me relacione con gente muy tocha de la industria, como era Albert Pla, su manager y algún gacho más que había por ahí. Siempre me dijeron: «no firmes nunca un contrato con una discográfica, nunca lo hagas». Yo le dejé maquetas, de las mías nuevas, de la segunda y el tipo las repartió a colegas, y alguna dejó en Ariola. Y ¡pum! Me llamaron los de Ariola-BMG. Vino un A.I.R.  a mi casa. Y yo: «pero… esto qué es? co»… Me mandaron un contrato, lo mandé a revisar… «leonino», fue la palabra que usó Ramón. Un contrato de diez años, quince años, diez discos, etc… Así que llamé y les dije que se lo agradecía mucho, pero que el contrato ese me había dado mucho miedo. A los tres días me llama Albert Pla: «Pero tío, a ese A.R. es la primera vez que le dicen que no en su vida, ¿pero cómo estás tan loco? Oye, tu fuiste el que me dijiste «nunca firmes con una discográfica» y te he hecho caso a ti, amigo mío». Esto es.


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